Es lo que de alguna manera lleva siendo la historia de mi
vida, perder, perder y perder, hasta acostumbrarse a que es algo normal, ya he
perdido tanto que cuando gano me enfado, eso en cuanto a cosas materiales, lo
que ya duele y no me hago es a perder a personas a las que quiero, cada día que
pasa me pilla con mi edad todo cada vez más a paso cambiado.
Mis familiares, amigos que ya lo son, porque esa es la otra
familia que la vida te da y estos segundos, son los que tú escoges, son los que
te dejan una gran mella en el corazón, mella incurable que tienes que seguir
palante con ella sangrando sin que esa herida pueda curarse, ni verse.
Soy muy amigos de mis amigos, lo que no soy es de levantar
mucho el teléfono para hablar con ellos, no sé eso a que se debe, será porque a
mí me llena más verlos y sentirlos en un abrazo cuando llevo tiempo sin verlos
y una llamada me parece algo mas frio, aunque cuando a mi me llaman me gusta escucharlos e intercambiar con ellos conversaciones en ese momento, puede que
alguno que otro piense que soy por eso un desastre, cada cual que piense lo que
quiera, se como soy y la opinión de los demás la verdad, no es que no me
importe, pero carece para mi de darle mayor o una gran importancia.
Yo soy de distancias cortas y ahí es donde me entrego al mil
por mil, quien me conoce lo sabe y a esas personas a las que quiero y me quieren seguro que todo lo anterior le
importa un pito, ha habido muchos que me han hecho el vacío por la cuestión que
sea, unos por no compartir ideales políticos, otros vete a saber porque, ellos se lo pierden, no voy a cambiar por nadie, esto de genio y figura
dicen que es hasta la sepultura y a gala lo llevaré.
Si me está ya costando a mi edad el perder a seres queridos,
cada vez más, porque cada vez son menos en mi mesa y en mi vida, eso me duele
ya en demasía, este último año está siendo para mi un calvario a cuenta de pérdidas,
he perdido a varias personas tan allegadas a mi, que me estoy sintiendo huérfano
de ellos a cada día que pasa, han sido dos duros años en mi vida, hace tiempo
que me prometí no contar mas miserias en redes y quién quiera saber de mi que
lo hiciera en privado que es ahí donde creo que estoy en estos momentos para los que de verdad se interesan por mi vida, la edad te endurece y al mismo tiempo te ablanda a partes iguales.
Como dije anteriormente han sido dos duros años de
confinamiento, parón y de haber pasado y sigo pasando alguna que otra
enfermedad de la que aquí no voy a pronunciarme, es otra de las cosas por las
que a lo mejor me he distanciado más de muchas personas queridas y si lo han
notado y están molestas, desde aquí les pido mil perdones, no es mi intención
dañar los sentimientos de nadie y menos de gente a la que quiero y hasta diría adoro.
Hoy me lanzo a escribir esto porque ayer me dí de bruces con
una realidad que no había conocido ni experimentado aún, encontrarme y enterarme en redes del
fallecimiento de un ser querido con el que hacia ya muchísimo tiempo que no
hablaba y habíamos de alguna manera perdido el contacto del mas a menudo, quedé
en shock, no tenia palabras para describir como me sentía y aún sigo con un
dolor grandísimo en todo mi ser, nos quedaban tantas cosas pendientes y tanto
que decirnos que ya será imposible, ahora es cuando veo que no puede una
guardarse un te quiero para mañana, dejar ese impulso de acordarte de alguien y
no llamarlo, duele en demasia.
Empecé a escribir en este blog animado por mi hermano José Manuel Ariza (@ALGARIVO), llevo sin escribir nada desde ni me acuerdo, hoy abriré esta entrada y no sé hasta cuando no volveré a escribir en él, lo mismo hasta lo retomo, ya veré lo que me pide el cuerpo, solo diré que echaré mucho de menos a mi hermano José Manuel y que me ha dejado huérfano otra vez tras la perdida de mi compadre Eduardo, que ya hay cosas que tendré que quedármelas para mi sin poder compartirlas con él, pero que solo espero que en otra dimensión, si es que eso existe volvamos a tener otra e interminable oportunidad de estar juntos hasta la eternidad, con mi padre, mi compadre, mi hermano José Miguel y otros tantos que tengo grabados en esas heridas sangrantes, que son muchos ya, demasiados para citarlos a todos y a todas aquí, por que no me acostumbraré jamás a perder a mis seres queridos.
¡UN BESO AL CIELO!
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