No creia que se pudiera desvirtualizar y mancillar tanto el renombre adquirido de buenisimos años de buén fútbol,de una selección de fútbol como la holandesa,hoy se sustituye el nombre de "la naranja mecánica",por el de "las naranjas agrias",fueron todo lo opuesto a aquella selección de antaño de los Cruyff,Neskens y compañia,los que hoy saltaron a querer conquistar una copa del mundo jugando a otra cosa que por lo que a mi respecta no es a lo que se jugaba,que era fútbol,en todo su esplendor y largo y ancho de la palabra.
Hoy en el escaparate mundial se vieron unas naranjas agrias,muy agrias diria yo,ademas con la permisibidad del que tenia que pasar el control de calidad del material,el juez de turno,ese que ya en el partidito inaugural de España contra Suiza,nos dejo con dos palmos y medio de narices,pero hoy ni ese elemento ni esa cosecha de naranjas agrias,nos iban a quitar lo que a ley era de esta selección y de toda una nación como la nuestra,sufridora de mil agravios y que esta vez no ibamos a tolerarlo por un minuto mas.
Esta selección al completo,ha sido desde el primer partido la única que ha desplegado fútbol de kilates en este mundial que acaba de finalizar,mundial que ha dejado en la cuneta a todos los cracks mediaticos del momento y que ha hecho por primera vez justicia en este deporte,hoy si ganó la mejor y esa fué España.
Por ocasiones,por juego,por limpieza,por no protestar las tantas y tantas tomaduras de pelo que desplegaron los de color anaranjado y el tirillas de turno,hoy la de seis kilos de oro se vinó para casa a ley,quiero darle a esta generación de futbolistas las gracias,porque a mis cuarenta y cuatro años nada mas y nada menos,me han hecho por primera vez campeón del mundo,a mi y a una nación entera,ya solo me queda que ver ganar a mi sevilla,la liga y la champions y visto lo visto como se suele decir en mi pueblo "TO SE ANDARÁ".
Saludos, hermano.
ResponderEliminarEl problema es que estábamos en "alerta naranja" y eso es grave.
Pero muchísimo mas grave es estar en "alerta roja", como estaban ellos.
Y les llegó la catástrofe. Y vimos las víctimas tiradas por el suelo, llorando, heridos, hundidos...
Todo por no saber que las oranges mejores del mundo son las nuestras. En Flandes no hay otras naranjas que las que les mandamos nosotros.
De naranjas sabemos más que nadie.
¡Felicidades, campeón del mundo!
Cuídate.